Con el advenimiento y el uso de las nuevas tecnologías unidas a las herramientas de software, plataforma de hardware y redes de comunicación, se ha visto surgir una “infosociedad” o sociedad de la información. En ella los nuevos nacionales digitales, podrían entretenerse, educarse, trabajar, comerciar y ser gobernados/administrados a distancia. (Castoldi, 2002). Sin duda alguna, el ámbito gubernamental no escapa de esta realidad, donde la aplicación de las TIC (sobre todo internet) ha significado la modernización de la gestión pública, la mejora en la entrega de bienes públicos y servicios a la ciudadanía, la mejora en la gobernabilidad, así como también, ha brindado la oportunidad para redefinir conceptos y formas tradicionales de participación ciudadana y democracia, los cuales están convirtiendo a lo que algunos denominan “gobierno en línea” en un medio para introducir cambios profundos en el acceso de los ciudadanos a la información.
De forma concreta, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE, 1998), ha definido Gobierno Electrónico como “la aplicación de tecnologías basadas en Internet para actividades comerciales y no comerciales en el seno de las Administraciones Públicas”.
Un enunciado aún más amplio de Gobierno Electrónico se refiere a la adopción de las TIC por las Administraciones Públicas, como diferentes vías a través de las que se conectan e interactúan con otras organizaciones y personas, especialmente mediante sus páginas web, pero también a través del correo electrónico y otras herramientas como el teléfono móvil, los PDA, la vídeo conferencia, intranets privadas, extranets, el cable, las ondas de radio, o el satélite (Criado y Ramilo, 2001a).
Desde esta perspectiva conceptual, la utilización de una definición más desarrollada se fundamenta en la previsión de un uso cada vez más integrado de las tecnologías, tal y como lo plantean varios autores. Cebrián (2000), en su Informe para el Club de Roma (publicado con el nombre de La Red), insiste en esa integración no sólo para las tecnologías digitales, sino que describe el gran avance que supone Internet al abrazar armoniosamente todas las tecnologías previas.
De acuerdo a los postulados antes mencionados, se deduce que Gobierno Electrónico no trata acerca de hacer todas las actividades del Estado utilizando computadoras o tener Internet y correo electrónico en las oficinas públicas. Trata acerca de repensar la sociedad y hacerla más eficiente, más justa y más solidaria, pretende ver la forma de como está concebido el Estado, su finalidad y su funcionamiento, trata acerca de cambios, lo que toda la sociedad demanda, utilizando las tecnologías de información y comunicaciones, mejorando la difusión y uso del conocimiento, de los recursos financieros, humanos y materiales disponibles, para alcanzar el desarrollo humano y el progreso con equidad.
Por otra parte, el creciente proceso de globalización y desarrollo de la nueva sociedad de la información, han demandado del Estado y del proceso de modernización de la gestión pública, una actitud proactiva, efectiva y decidida, orientada a incorporar intensivamente el uso de las TIC en los procesos del Estado, de manera complementaria a otras técnicas y herramientas en los diversos ámbitos de la gestión. De esta manera, el Gobierno Electrónico adquiere la doble dimensión de agente catalizador de los cambios en los procesos y de herramienta tecnológica como instrumento para mejorar el desempeño de los actos del Estado.
Finalmente, el Gobierno Electrónico a través del uso de las tecnologías de la información, ofrece al Estado la oportunidad de transformación de la distribución de sus servicios enfocándose sobre cuatro (4) tipos de relaciones con la sociedad:
Gobierno-Ciudadanía, donde puedan generar iniciativas que ofrezcan a la ciudadanía en general diversos puntos específicos de acceso fácil y que además puedan utilizar para el aprovechamiento de los servicios estatales.
Gobierno-Negocios, en el cual permita ofrecer un gran potencial para el planeamiento urbano, desarrollo de bienes raíces y desarrollo económico en general, resaltando la necesidad de crear vínculos cuya meta sea facilitar la interacción de la actividad empresarial con el Gobierno.
Gobierno-Gobierno, a través del cual facilite la coordinación interinstitucional entre las distintas dependencias del gobierno análogas o de diferentes niveles de centralización para la optimización de los servicios a los ciudadanos.
Tecnología de Eficiencia Interna: Cuyo objetivo fundamental sea lograr una optimización en la calidad de los servicios de las diferentes dependencias de gobierno en la administración pública, manejo del talento humano y logístico, y en la toma de decisiones, así como, el de hacer el mejor uso de la tecnología para la reducción de los costos operacionales.
Es fundamental entender que los sitios web de Gobierno Electrónico son algo más que plataformas tecnológicas para la distribución de información y la prestación de servicios estatales. El cual tiene como propósito transformador, crear las condiciones para el apoderamiento (Empowerment) de los individuos y propiciar la consolidación de una ciudadanía e identidad cultural basada en el uso de las tecnologías de la información.
Los sitios venezolanos se encuentran en su mayoría en el nivel de información, aunque se consiguen experiencias que incluyen recursos de interacción en su oferta. La información que predomina no promueve la participación de los componentes de la e-gobernabilidad, viéndose limitada las posibilidades de generar una relación activa e innovadora de la forma tradicional de relación entre Gobierno-Ciudadanía. No debemos olvidar que el desarrollo del Gobierno Electrónico es más bien una cuestión política que de carácter técnico. De manera que Internet y las TIC pueden ser herramientas para el cambio, siempre que exista una clara voluntad política y directiva para liderar las transformaciones necesarias en las estructuras, procedimientos y cultura organizativa.
REFERENCIAS
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Castoldi, P. (2002). El Gobierno Electrónico como un nuevo paradigma de Administración. En: Prudentia Iuris. No. 55. Buenos Aires-Argentina. Universidad Católica Argentina.
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Cebrián, J. (2000). La Red. Madrid, Suma de Letras, 2ª edición.
Criado, J. y Ramilo, M. C. (2001a). e-Administración: ¿un Reto o una Nueva Moda para las Administraciones del Siglo XXI?. Algunos Problemas y Perspectivas de Futuro en torno a Internet y las Tecnologías de la Información y la Comunicación en las Administraciones Públicas, en Revista Vasca de Administración Pública, 61 (I), pp. 11-43.
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Menzel, D. (1998). ‘www.ethics.gov: Issues and Challenges Facing Public Managers’, en Public Administration Review, 58, 5, pp. 445-452.
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